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jueves, 23 de junio de 2011

Los Vientos de amor...


Vientos de Amor
Era una tarde de verano, como cualquier otra, el sol iluminaba el sendero que se dibujaba en al agua cristalina y de color azul en el mar. Se encontraba sentada disfrutando del ruido que las olas provocaban al impactar con las rocas, eran solo ella, el paisaje y sus recuerdos. Los recuerdos de sus amargas experiencias, sus bajas pasiones y la inmensa felicidad que sentía.

Su vida no era perfecta y jamás lo seria, tenia un buen presente y de seguro un excelente por venir, pero en aquella particular tarde vino a su mente el recuerdo del día en que conoció al que seria el amor de su vida, el hombre perfecto, su muzo, su mundo y su inspiración.

Fue en la noche de un 22 de Agosto, iba caminando a su casa por la orilla de la playa, ahí estaba el; sentado admirando las estrellas y la hermosa luz que la luna dejaba caer sobre el inmenso mar, acompañado de un cariñoso y encantador perro que jugaba con su pelota, cruzaron miradas, sus ojos verdes se perdían en sus ojos color cafés y su encantadora sonrisa, platicaron por horas y horas, dos extraños ahora compartían tantas cosas en común en especial su mutuo amor por la naturaleza, los animales y las causas nobles, todo parecía un sueño, ella cerraba los ojos pensando que cuando los abriera todo habría desaparecido y fuese una ilusión, pero solo veía los ojos verdes que la hacían soñar mas haya de sus propios anhelos y deseos; fue amor a primera vista, aunque ambos creían que no iba a durar mas haya de una noche, se equivocaron, con el paso del tiempo se fueron tratando mas, cada día había algo nuevo por descubrir uno del otro, salidas al cine, a caminar a la playa que era su santuario, conversaciones que se sentían de minutos y transcurrían horas sin sentirlas pasar, día tras día descubría que su corazón tenia la capacidad de amar mas y mas; tenia la necesidad de gritarlo a los cuatro vientos  y era hora de que el dueño de su corazón lo supiera.

El sabia que la amaba tanto como ella a el, pero su miedo a expresarlo y a dejarse llevar por este amor le cerraba las puertas a su corazón y por consiguiente al corazón de ella.

Se arriesgo pensando que su amor seria correspondido, pero no fue así… Carolina le declaro su amor y todos los hermosos e inexplicables sentimientos que le afloraban al estar con el, pero Alejandro se sentía acorralado; entre sus emociones y su razón, as heridas del pasado y lo que podría ser su futuro.

Carolina acepto su destino que era vivir plenamente enamorada del hombre más perfecto que a su vida había llegado, el único inconveniente era que su amor no era correspondido. Así pasaron los días, las semanas, los meses…

Y su amor en vez de morir con el paso del tiempo, crecía y  se retroalimentaba con sus palabras, sus gestos, llamadas, detalles. Siguieron en contacto por mucho tiempo, el tema del amor no se hablo, por que el amor no se habla, ni se toca, se vive y se siente día a día, a través de un abrazo, una caricia o un simple Te quiero.

Así vivieron su amor y un día Alejandro decidió romper las barreras que su razonamiento le establecía, se dejo llevar y fue así como se entrego al amor. No se casaron, pero decidieron vivir libremente su amor de una manera que a ambos complaciera y todos los días había un poco mas de amor por dar pues mientras se tuvieran el uno al otro serian inmensamente felices.

Disfrutando de su amor en un paraíso, lleno de arena, sol y mar, este paisaje que le brindaría por siempre el recuerdo que viviría en su mente, su cuerpo y su corazón, con la brisa que surge del viento del amor.

Anonima

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